Distribuidores de hidrógeno: Italia está atrasada.

PROYECTO HIDRÓGENO: UNA APUESTA AL FUTURO

Ubicada en las afueras de Milán, en Carugate, se inauguró hace unos días la primera de cinco estaciones de repostaje de hidrógeno. Esta estación, la primera en una serie de instalaciones previstas en un plan de 55,4 millones de euros financiado a través del PNRR y el programa europeo AFIF – CEF Transport para infraestructuras dedicadas a combustibles alternativos.

El objetivo es construir un sistema integrado de estaciones entre Milán y Tortona a lo largo del eje estratégico Europa-Genova, facilitando el tránsito hacia Suiza y Alemania. Este proyecto se alinea con la estrategia de descarbonización de transportes promovida por la Comisión Europea, y tiene como objetivo desarrollar una red de distribución de hidrógeno.

ESTACIONES PROVISTAS

Además de la estación de Carugate, el proyecto incluye una planta en Rho, en la carretera de circunvalación oeste y dos estaciones en Tortona a lo largo de la A7 Milán-Genova. La finalización de las obras está prevista para finales de 2025, con la entrada en funcionamiento en 2026.

LOGÍSTICA Y TRANSPORTE: CLAVES ESTRATÉGICAS

La estación de Carugate nace con la ambición de convertirse en un nodo clave para la logística y el transporte pesado, gracias a su ubicación estratégica. La red de repostaje de carretera se une al proyecto H2iseO Hydrogen Valley ya en funcionamiento en Val Camonica, donde en 2026 entrarán en servicio los primeros trenes de hidrógeno italianos.

DISTRIBUIDORES LIMITADOS

Actualmente, en Italia solo hay tres estaciones abiertas al público; además de la de Carugate, podemos mencionar la de Bolzano y la de Mestre. Según H2IT, la asociación italiana para el hidrógeno, para el 2050 se espera que más de 8,5 millones de coches, 20.000 autobuses y 50.000 camiones de hidrógeno circulen por las carreteras italianas.

OBJETIVO: DIVERSIFICACIÓN

El objetivo de las instituciones es diversificar al máximo las tecnologías a través de las cuales se logra la descarbonización. El hidrógeno, por lo tanto, tiene las características para complementar al eléctrico puro. Pero, ¿cómo funcionan los coches de hidrógeno? Tomemos como ejemplo el Toyota Mirai, que fue el primer coche con esta tecnología producido en serie. Está equipado con una pila de combustible (fuel cell), que es el «corazón» del sistema. En su interior, el hidrógeno de los cilindros a 700 bar (que se pueden llenar en pocos minutos) se combina con el oxígeno en el aire y genera un flujo de corriente que alimenta el motor eléctrico, dejando como único residuo el agua.



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