21 agosto, 2019

Así es el coche de Hitler que nadie quiere

El Führer, que no tenía carnet de conducir, mantenía una estrecha relación con sus chóferes, que conducían “El Gran Mercedes”, de 4 toneladas de peso y un consumo de 60 litros

Puede parecer curioso que Adolf Hitler, un dictador responsable de millones de muertes y que basó la fuerza militar de Alemania en la evolución del armamento y de los vehículos de guerra, no tuviera carnet de conducir. Más aún cuando se sabe que era un aficionado al mundo de las cuatro ruedas, le gustaban los coches potentes e, incluso, se los regalaba a su gran amor, Eva Braun.

Los responsables de conducir sus coches, en su mayoría Mercedes Benz, eran sus chóferes, con los que mantenía una relación distendida y cercana, llegando a ordenar a uno de ellos, Erich Kempka, la labor de quemar su cadáver tras suicidarse en su búnker en 1945.

Sin duda, su coche preferido fue el «Grosser” Mercedes, un Mercedes Benz 770K de 1931.

Die Grosser Mercedes

El Gran Mercedes del Führer fue, en su momento, el automóvil alemán más caro jamás fabricado, y solo podía conseguirse por encargo. El de Adolf Hitler era el 770K de 1931 con matrícula 1A-148461. Famoso por todo Alemania, esta unidad estaba blindada, por lo que su motor de ocho cilindros en línea y 7655 centímetros cúbicos rozaba los 60 litros de consumo cada 100 kilómetros. Debido a las 4 toneladas que pesada, tenía que equipar un depósito de 300 litros de capacidad, y su velocidad tuvo que ser limitada de 160 a 80 km/h. Era uno de los más rápidos de la época gracias a sus 230 CV.

Tras el final de la guerra, pasó a manos de un tabaquero belga en 1946, que lo vendió a otro tabaquero de Tennesse por 1.800 dólares en tabaco. Tom Austin, que así se llamaba, lo donó a la asociación local de Veteranos de Guerra. Utilizado hasta 1976, volvió a desaparecer hasta que un coleccionista local alemán se lo vendió en 2009 a un millonario ruso por 10 millones de euros. Hace apenas un año, salió de nuevo a subasta, pero ninguna de las pujas alcanzó el mínimo que se había programado para su venta (la máxima fue de 7 millones, frente al objetivo de 10 millones).