La esperanza de vida del diesel : apenas una decada
La esperanza de vida del diésel : apenas una década
El gasóleo cuenta sus días sin una alternativa clara
– Ford y Volkswagen mantienen sus esperanzas en que el gasóleo rejuvenezca
– 30.000 personas mueren al año en España por los niveles de contaminación aéreos
Los motores de gasóleo tienen los días contados. Este combustible, que se posicionó hace apenas una década como el salvador de la automoción para cumplir con la regulación de emisiones de CO2, parece que pierde apoyos. Una mayor emisión de dióxido de nitrógeno en las ciudades con graves consecuencias para la salud de sus ciudadanos, y los graves hechos destapados en las entrañas del fabricante alemán Volkswagen han terminado por condenar al diésel.
Los gobiernos europeos parecen dispuestos a cumplir con la normativa europea sobre emisiones, y los fabricantes se acercan al difícil interrogante de incurrir en gastos para modificar sus motores bajo los nuevos estándares, dejar de comercializar sus modelos más rentables, o nada de lo anterior exponiéndose a ser multados. Las opiniones son diversas.
Ford y Volkswagen apuestan por una vuelta al ‘diesel limpio’. “»El diésel no es un combustible acabado y formará parte de las políticas de reducción de las emisiones de dióxido de carbono», afirmaba Matthias Müller, presidente del grupo Volkswagen en el Salón de Ginebra. «Necesitamos el diésel para cumplir los objetivos de CO2. Los vehículos eléctricos en muchos casos no mantendrán contentos a los conductores tradicionales», añadía el vicepresidente del grupo Ford, Steven Armstrong.
Una posibilidad incierta dada la complejidad que supone la reducción de las emisiones de estos motores. Hecho que quedó refrendado en los escándalos de Volkswagen con sus experimentos con monos, y un efecto más perjudicial para la salud de los motores de nueva generación que con aquellos modelos anteriores al cambio de siglo.
Los fabricantes franceses apuestan por los eléctricos, aunque llegan tarde. Renault ya ha anunciado el desarrollo de un híbrido ‘low cost’ que llevará el nombre de Locobox, aunque su lanzamiento no se espera hasta dentro de tres años. Del mismo modo, PSA planea el lanzamiento de vehículos híbridos para 2020. «No solo PSA llega tarde, está ocurriendo tarde en todos lados», apuntó Philippe Houchois, analista del banco Jefferies.
El japonés Toyota, en cambio, se sitúa a la cabeza del desarrollo de iniciativas con motores eléctricos, negándose a comercializar coches propulsados por diésel a partir del año que viene. Una estrategia que BMW y Mercedes también se encuentran estudiando.
LOS GOBIERNOS SE PLANTAN
Bruselas lo anunció hace apenas cuatro meses. A partir de este año, los vehículos propulsados a gasóleo irán desapareciendo de la capital belga. En particular, aquellos modelos anteriores a 1997 o ‘Euro I ya tienen prohibido circular por la urbe de la cerveza. Así, y a través de cinco fases hasta el año 2025, los coches diésel irán desapareciendo en función de su año de fabricación y lo contaminante que sea su consumo. Y como esta, son varias las iniciativas que han surgido recientemente.
La Corte Federal Contencioso-Administrativa alemana ya ha abierto la puerta a los ayuntamientos de cada ciudad para prohibir los coches de gasóleo de manera independiente. En Madrid, la intención es limitar su circulación en los momentos de mayor contaminación e incluso cercar su conducción por el centro de la ciudad para terminar prohibiéndolos en 2025. Lo mismo ocurre en Barcelona y Baleares. París y Roma plantean acabar con su uso un año antes. Dinamarca va más allá e incluso plantea acabar con cualquier combustible fósil antes de 2050.
El impacto en la salud es real. Casi medio millón de personas mueren al año en Europa por enfermedades respiratorias relacionadas con la contaminación, unas 30.000 de ellas en España. Desde la normativa para limitar a 40 microgramos por metro cúbico la tasa de dióxido de nitrógeno, Madrid y Barcelona han inclumplido sistematicamente este límite. Por lo que un marco regulatorio que consiga eliminar este problema estructural de nuestras ciudades es necesario para prosperar en este sentido.