No se puede afirmar que la victoria de Trump sea una buena noticia para Tesla.
Elon Musk, el líder de Tesla, ha sido un ferviente apoyante de Donald Trump en su carrera hacia la Casa Blanca. De hecho, Musk ha invertido aproximadamente 119 millones de dólares en la campaña electoral de Trump. Sin embargo, queda la pregunta de qué espera ganar Tesla con la elección del nuevo presidente de los Estados Unidos.
¿Ayudas gubernamentales para los vehículos eléctricos? No, gracias
Ayer, las acciones de Tesla cerraron con un alza del 15% en una Wall Street estimulada por la victoria de Trump. Al mismo tiempo, la fortuna personal de Musk aumentó en más de 15 mil millones de dólares, con un retorno del 12,761% en su inversión en la campaña electoral del candidato republicano. Musk no parece preocupado por los posibles recortes a los subsidios para la producción y la compra de autos eléctricos que Trump podría implementar, una política que fue promovida por el ex presidente estadounidense Joe Biden. Musk cree que si se retiran los subsidios, esto solo beneficiará a Tesla y no a sus competidores.
¿Trump como asistente?
Musk y Tesla podrían paradójicamente beneficiarse de una política trumpiana hostil a los autos de batería. Pero el magnate sudafricano tiene altas expectativas para otro objetivo industrial en la agenda de Trump: la aceleración de los vehículos autónomos. Este enfoque podría ser un impulso significativo para los robotaxis sin conductor y, según varios analistas estadounidenses respetados, podría también desviar o al menos ralentizar considerablemente las investigaciones en curso sobre los fallos del sistema Autopilot de Tesla. Este sistema ha causado más de 700 accidentes solo en los Estados Unidos entre 2019 y 2023, algunos con muertos y heridos graves.
No todo son buenas noticias…
La elección de Donald Trump no solo trae beneficios para Elon Musk, a quien el nuevo presidente de los Estados Unidos ha llamado un «genio» y a quien aparentemente estaría dispuesto a ofrecer un prestigioso cargo gubernamental. Esto es precisamente lo que más temen los accionistas de Tesla: ver a Musk, que ya está dividido entre Tesla y la compañía espacial SpaceX, aún más distraído en la gestión de la empresa automotriz que lidera y cuyas ventas y ganancias globales dependen en un 40% de China. Esta no es una buena noticia, ya que Trump podría intensificar aún más la guerra comercial en curso contra el país asiático.