Así es la Prueba del Alce o Prueba de Slalom, donde reina el Citröen Xantia

El famoso Moose Test sirve, desde hace años, para comprobar la agilidad de los vehículos al esquivar obstáculos a la máxima velocidad

El nombre de la prueba surge en la década de los 70 en Suecia. El objetivo es simular que circulamos a una velocidad considerable y tenemos que evitar, precisamente, un alce. El simulacro se realiza en una recta donde se colocan varias filas de conos, los cuales tenemos que esquivar sin llegar a derribarlos, sin perder el control del vehículo, continuando con nuestro camino y sin que se vea demasiado afectada la estabilidad del vehículo. La prueba comienza a una velocidad urbana, cercana a los 50 km/h, y aumenta hasta los 83 km/h. El objetivo es comprobar a fiabilidad del vehículo en condiciones adversas inmediatas, realizando dos contravolantes. A mayor estabilidad, mejores datos en la prueba.

Este test, que se hizo famoso después de que periodistas suecos del motor le pusieran dicho apodo, sirve para cualquier situación similar en la que nos veamos obligados a esquivar un peatón, animal o vehículo. Los resultados dependen de muchos factores, ya que interceden en la prueba tanto la habilidad del conductor, como el estado y calidad de los neumáticos, configuración de la suspensión y la dirección, y otros como el pavimento y la tracción.

Diferentes segmentos, diferentes resultados

Los vehículos deportivos suelen ofrecer un rendimiento mayor por su baja altura al suelo y su centro de gravedad más bajo. Mientras tanto, los monovolúmenes y los 4X4 suelen mostrar peor estabilidad, e incluso es común que despeguen varias ruedas del suelo o que lleguen a volcar. Este fue el caso de la prueba del Mercedes Benz Clase A de 1997, cuando el vehículo volcó con cuatro periodistas dentro, que resultaron ilesos.

Pese a todo, el mejor resultado histórico, según afirman muchos amantes del motor, lo marcó en 1999 el Citröen Xantia Activa y su V6 de 190 CV, gracias a su revolucionaria suspensión hidroactiva, que le permitía adaptar la carrocería a cada giro, consiguiendo un récord de 85 km/h. Sus resultados fueron mejores que los marcados por el Porsche 911 Carrera GT2 RS, entre otros.



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