Maserati: los números de la crisis

La prestigiosa marca de coches Maserati ha tenido un 2024 desafiante, según se puede apreciar en su balance financiero. Las pérdidas han alcanzado los 701 millones de euros, una cifra significativamente mayor que los 96 millones de euros de déficit registrado en 2023.
Balance financiero
En comparación con el año anterior, los ingresos de Maserati en 2024 han disminuido un 60,6%, hasta los 803,3 millones de euros. Esto ha ido de la mano con una caída del 58,8% en las matriculaciones, apenas superando las 10.000 unidades.
El valor de la producción se redujo en un 59,6%, mientras que los costos para la empresa solo disminuyeron en un 38,6%, lo que empeoró el margen industrial. El coste de producción bajó de 2,155 a 1,322 mil millones de euros, gracias a la reducción del 57,4% en los costos de materias primas y mercancías, al recorte de la mitad de la inversión en investigación y desarrollo (de 196 a 106 millones) y a una disminución del 25% en el coste de personal (hasta 75 millones).
Apoyo de Stellantis
Paralelamente, el equipo industrial y las instalaciones se depreciaron por 5,7 millones de euros. El resultado en el balance fue una pérdida operativa de 483,5 millones de euros, con una cifra antes de impuestos negativa de 501,9 millones. Para frenar la hemorragia económica, Stellantis ha inyectado 350 millones de euros en Maserati. Sin embargo, a finales de diciembre, el patrimonio neto se desplomó a 173 millones de euros, frente a los 543 millones al inicio del año.
Producción a ritmo lento
Entre tanto, los coches de Maserati salen de las fábricas a cuentagotas. Tras producir solo 140 vehículos en Mirafiori en los primeros seis meses de 2025, Stellantis ha trasladado la producción de los modelos GranTurismo y Grancabrio a Modena. Según los informes, solo se produjeron 45 autos allí en el primer semestre de 2025, resultado de 11 días de producción efectiva. En Cassino, el SUV Grecale se fabricó en aproximadamente 2.500 unidades de enero a junio.
Stellantis mantiene la confianza
A pesar de los desafíos, Stellantis sigue declarando su intención de apoyar a Maserati desde el punto de vista económico y financiero. El grupo está intentando redefinir la posición de la marca, centrándose en la producción de lujo en Italia y revisando la estrategia de electrificación frente a los desafíos del mercado y el rendimiento financiero. El futuro de Maserati dependerá en gran medida de la capacidad de Stellantis para implementar un plan de recuperación efectivo que solucione los problemas de ventas y de producto.







