Stellantis está lista para reducir la producción de autos con motores de combustión interna.

En un intento por cumplir con las regulaciones sobre emisiones de CO2 en la Unión Europea para 2025, el grupo Stellantis se prepara para un cambio de paradigma en su producción. Según Jean-Philippe Imparato, el nuevo jefe de operaciones de Stellantis en Europa, el grupo planea duplicar las ventas de sus vehículos eléctricos para 2025, lo que representaría el 24% de sus ventas totales.

Menor producción de autos con motores de combustión


Este cambio viene impulsado por la disminución general de las ventas de automóviles eléctricos y la necesidad de cumplir con los límites de emisiones de CO2. Si la demanda de autos eléctricos no aumenta, la única alternativa para evitar multas y cumplir con el objetivo de la UE es reducir la producción de autos con motores de combustión interna.

Las nuevas reglas de la UE, que entrarán en vigor el 1 de enero de 2025, establecen un objetivo de emisiones de CO2 de 95 g/km, en comparación con los 106,6 g/km de 2023. Aquellos fabricantes que no cumplan con sus objetivos individuales tendrán que pagar multas de 95 euros por gramo en exceso por vehículo. El riesgo real, no solo para Stellantis, es no poder garantizar un mix de ventas que cumpla con el objetivo de 95 g/km, lo que podría resultar en multas superiores a 10 mil millones de euros.

Cooperación con Leapmotor


Para asegurar que Stellantis pueda alcanzar su objetivo de emisiones, el grupo liderado por Carlos Tavares se beneficiará de la reciente adquisición de la mayoría de la empresa china Leapmotor, especializada en vehículos eléctricos. Imparato ha declarado que aumentará los incentivos para los concesionarios de vehículos eléctricos y que basará el presupuesto total de producción en el portfolio de pedidos de vehículos eléctricos (BEV). Esto podría tener consecuencias directas en el empleo en las plantas europeas, provocando una disminución adicional de la producción.

Presiones para revisar límites


Los fabricantes están presionando a las autoridades para que revisen los límites de emisiones establecidos para 2025, dado que las ventas de autos eléctricos han disminuido en todos los mercados europeos. La forzada reducción de la producción de autos con motor de combustión, que no solo afectará a Stellantis, puede tener graves consecuencias en el empleo.

El grupo Stellantis, que enfrenta desafíos significativos, está adoptando una estrategia audaz para cumplir con las regulaciones ambientales y mantener su relevancia en un mercado en constante cambio. Será interesante ver cómo se desarrolla esta situación en los próximos años.



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