STLA AutoDrive: la conducción semi autónoma de Stellantis

Stellantis, uno de los líderes en innovación y tecnología automotriz, ha dado a conocer su primer sistema de conducción semiautónoma denominado STLA AutoDrive. En su nivel 3, esta tecnología está lista para ser integrada en los vehículos del grupo, permitiendo que el coche se mueva sin la necesidad de que el conductor mantenga su atención en la carretera. Ideal para aquellos que se desplazan en áreas urbanas, el sistema de Stellantis permite la conducción autónoma hasta 60 km/h, lo que significa que no se requiere un papel activo del conductor en medio del tráfico.
Activación con un solo botón
Cuando las condiciones de tráfico y el entorno alrededor del vehículo lo permiten, el conductor es notificado por el vehículo de que es posible activar el STLA AutoDrive. Con sólo pulsar un botón, el sistema toma el control del vehículo, manteniendo las distancias de seguridad, ajustando la velocidad y gestionando la dirección y la frenada en función del tráfico circundante. Una serie de sensores controlan lo que sucede alrededor del coche. Stellantis asegura que el sistema es fluido, fiable y mueve el vehículo como si estuviera siendo conducido por un ser humano en condiciones normales.
Mejora con las actualizaciones
El STLA AutoDrive está diseñado con una arquitectura escalable para adaptarse a los vehículos Stellantis en los mercados globales. El sistema está conectado a la nube, prometiendo mejoras constantes gracias a las actualizaciones ‘over the air’ y la integración de datos en tiempo real. Aunque permite al vehículo moverse de forma autónoma, la tecnología requiere que el conductor esté sentado, con el cinturón abrochado y listo para tomar el control del vehículo en cualquier momento.
Los próximos desarrollos incluyen la posibilidad de viajar sin la atención del conductor a velocidades superiores (hasta 95 km/h) e incluso una automatización mejorada para la conducción off-road en algunos modelos.
La apuesta de Stellantis por la conducción semiautónoma representa un paso importante en el camino hacia la conducción totalmente autónoma, donde los vehículos no sólo serán capaces de moverse sin intervención humana, sino que también podrán tomar decisiones basadas en su entorno y las circunstancias de tráfico.